Verano de 1953, la feria campestre está en pleno apogeo en el campo de golf de Chiberta, cerca de Biarritz. El Marqués de Cuevas, casado con la nieta del acaudalado John D . Rockfeller, imaginó un baile de disfraces al que estaban invitados elefantes, dromedarios y estrellas internacionales. Durante un tiempo, abandonó su villa costera para dedicarse a sus 3.000 invitados, entre ellos la primera bailarina Zizi Jeanmaire… Inspirándose en este esplendor sin límites, la decoradora Elizabeth Milpied quiso rendir homenaje a esta época despreocupada dramatizando cada estancia de este bonito edificio neobasco que se ha convertido en la Maison Cuevas.